6 de julio de 2009

LA MENTE HUMANA Y LOS CAMBIOS DE OPINION

¡Qué cosa complicada es la mente humana!
Pero, especialmente complicada es la mente de la mujer separada!
Y más complicada aún es la mente de la mujer separada, del siglo XXI! Y de este último grupo, debo decir, formo parte.

Por varios Estadíos he pasado ya desde mi separación:

Primero, experimenté una linda sensación de libertad, que hacía mucho no sentía; y con amigas fui a bailar, a tomar cafés, a cenar, a disfrutar...¡Cuánto me reí! Pero, tanta alegría junta pronto derivó en un profundo vacío. Y empezó el segundo estadío...


Comencé a extrañar y a tener nostalgia de la vida de a dos que había quedado atrás. Ahora todos esos años en los que había crecido al lado de él, pasaban -en un abrir y cerrar de ojos- a formar parte del pasado. Esa sensación de estar en el medio de algo que ya había terminado pero que dejaba marca, y de algo que comenzaba pero no sabía qué sería, porque después de tanto conciliar ya no me reconocía.

Sentir que no es buena la soledad, que la vida de a dos es más nutrida y descubrir que uno está sola, duele. Duele mucho.

Entónces, "decidí" que nadie más que "yo" merecía, ni estaba mejor preparada para formar una nueva familia. (Aquí empieza el tercer estadío...) Me puse en marcha. Así llegaron Nicolás, Juan... En todo este tiempo, mis intentos de formar "mi nueva familia" no decayeron. Me adapté al materialista y , al desprendido. Todo, en pos de mi nuevo proyecto familiar.

Como es de suponer, en esa búsqueda desesperada de la felicidad al lado de un hombre, en esa equivocada búsqueda del amor perdí tiempo y también, la ilusión.

Ante frustradas insistencias, y tras comprobar desalentada que ¡no iba a ser fácil volver a casarme!, concluí que no sólo un proyecto familiar me colmaría la vida. Es más, (pensaba ahora) ¡¿de dónde había sacado yo que tenía alma de esposa y de madre de varios?!

No lo sé.

(Cuarto estadío). Surgió entónces, como suele ocurrir en la vida de todo sobreviviente emocional, otro motivo para seguir, y ese motivo salvador fue, nada más y nada menos que, la "Concreción de mis Sueños". ¡Cuántas asignaturas pendientes tenía y que estaba dejando de lado a cambio de que alguien se fijara en mí! ¡Cuántas cosas inconclusas que, de hacerse realidad, estarían ciertamente más cercanas al noble y grato sentimiento de la realización personal!
Entónces recé: "Gracias Dios por no haber permitido que prosperara aquella relación con Nicolás, ni la de Juan..."

(Quinto y último estadío). Y comencé a estudiar, a trabajar con más dedicación, aplicando una buena cuota de responsabilidad y de empatía, consciente de que lo que hago debe sumar en mi camino a la superación, y con la esperanza de que cuando al fin llegue MI HOMBRE no será para traerme la felicidad que tanto ansío, sino para COMPARTIR yo con él, la mía.

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